miércoles, 29 de agosto de 2012

Hoy ha sido uno de esos días raros

Hoy ha sido uno de esos días raros.

Despertarse con sentimientos y recuerdos que uno no quiere tener. O talvez si… No imagino mi vida sin ellos.  Pero hoy,  precisamente hoy, es más difícil. No es que no quiera pensar en ti, no es que no quiera tener tus recuerdos, es que hoy, con la lluvia, el frío, la tristeza acumulada... en lo único que puedo pensar es en tus brazos. En tu boca, en descansar mi cabeza sobre tu pecho y escuchar el latido de tu corazón latir al compás del mío. En despertar contigo, en pasar la mañana acariciando tu espalda, en besarte hasta que no haya ningún pensamiento en mi cabeza, hasta que borres todas las palabras que puedan salir de mi boca, excepto el suspiro de tu nombre.

¿Entiendes ya porqué se me hace tan difícil?

Porque despertar en esta grande cama gélida y vacía, sin escuchar tu voz, sin sentir tu calor, sin oler tu piel, sin ver tu hermosa y pícara sonrisa, me trae al presente; a la realidad.

La triste realidad de que no te tengo. Que no eres mío.

Y que todos estos sentimientos los tengo, y están atados a mi corazón y a mi garganta, en la forma de un nudo del tamaño de un puño, que en momentos… tal como este, no me deja respirar. No me permite levantarme y caminar sin tropezar. Sin llorar en la ducha, sin pensar en ti.

Hoy ha sido uno de esos días raros en que me doy cuenta de que te llevo en mi más de lo que me gustaría admitir.

Tiziana Bardellino